Los altavoces inteligentes de Amazon, Google, Apple y Microsoft están ampliando sus habilidades en el campo de la atención médica.

Algunos hospitales ya han introducido estos asistentes de voz con inteligencia artificial en las habitaciones de los pacientes, lo que les permite comunicarse con manos libres, aprender sobre el curso de su tratamiento, acceder a su historial médico, conocer su dieta, el programa del día o encienda el televisor, dejando a las enfermeras para tareas más urgentes.

Aunque son útiles para los ancianos o personas con discapacidades físicas, son adecuados para todos los pacientes, ya que casi el 25% de los estadounidenses tienen un asistente de voz en el hogar y están acostumbrados a conversar con él. Para Peachy Hain, director del Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles, donde el asistente virtual de Amazon Alexa se presentó como un proyecto piloto en cien habitaciones: "Los pacientes tienen una mejor experiencia en un entorno hospitalario, capaces de evitar el aburrimiento con estos dispositivos".

El seguimiento médico puede incluso continuar una vez en casa para recibir atención postoperatoria, informa la revista médica StatNews. Este es el caso de las operaciones de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, donde Alexa da las instrucciones para tratar las lesiones.

También se pueden usar para organizar una unidad como el Boston Children Hospital, donde las enfermeras le preguntan a Alexa sobre el programa, quién es la enfermera actual o cuántas camas hay disponibles.

Pero un campo de estudio es de particular interés para los médicos, el del diagnóstico precoz de la enfermedad por análisis del habla.

La Dra. Sandhya Pruthi, de la Clínica Mayo, está actualmente realizando un estudio piloto sobre el uso de altavoces inteligentes para detectar enfermedades cardiovasculares, analizando los cambios sutiles en el tono, la claridad y la cadencia.

La detección acústica aún no es una ciencia comprobada, pero muchos científicos están explorando este camino: para detectar el Parkinson, la depresión, el derrame cerebral o la conmoción cerebral, patologías que tienen trastornos del lenguaje.