La galaxia MCG + 01-02-015 se encuentra en una zona particularmente vacía del universo. Está tan aislada de cualquier otro cuerpo celeste que si la humanidad hubiera nacido en esta galaxia en lugar de la nuestra, y la astronomía se hubiera desarrollado al mismo ritmo, aún seguiriamos pensado que las galaxias son parte de nuestra imaginación.

A modo de comparación, debes saber que las primeras galaxias observadas fueron en el año 964, gracias al astrónomo persa Abd al-Rahman al Soufi. Era la galaxia de Andrómeda y la que más tarde se llamó la Nube de Magallanes. De hecho, esta última está formada por dos galaxias con una diferencia de aproximadamente 160.000 años luz, pero casi alineadas con el sistema solar, de modo que aparecen como un grupo.

MCG + 01-02-015 se encuentra a 293 millones de años luz de distancia, y aparece en la constelación de Piscis. Ya había sido observada anteriormente, pero se había clasificado como galaxias elíptica de clase E2. Las imágenes de alta resolución han permitido una mejor observación, y ahora podemos ver que en realidad es una galaxia espiral barrada. Se han observado cerca de veinte galaxias particularmente aisladas, pero entre ellas, MCG + 01-02-015 es por el momento la primera de la clasificación. De hecho, desde esta galaxia aislada, no se ha encontrado ninguna otra galaxia a 100 millones de años luz de distancia.

En comparación, nuestro supercúmulo, donde se encuentra la Vía Láctea, contiene entre 1300 y 2000 galaxias. Si la distancia que nos separa de este grupo todavía es poco conocida, estimamos por el momento una distancia promedio de 65 millones de años luz.

Estas observaciones hablan mucho sobre la expansión del universo y cómo se creó. De hecho, la capacidad de medir la distancia entre galaxias nos permite observar la expansión del universo. Al imaginar estas observaciones al revés, hemos podido construir la teoría del Big Bang, que sigue siendo hasta hoy una de las explicaciones más válidas que hemos encontrado para tratar de comprender la creación del universo. ¡También se descubrió en 1998 que la expansión del universo era más rápida!