Un equipo de investigadores internacionales ha detectado el decaimiento nuclear más lento jamás registrado, el del átomo de Xenon-124. La vida media de este último se estima en 18 billones de años, un billón más que los 14 mil millones de años del Universo.

La Universidad de Zurich ha participado en el trabajo llevado a cabo en un laboratorio subterráneo ubicado en el corazón del macizo italiano de Grand Sasso, a una profundidad de 1500 metros. El descubrimiento se produjo como parte de la investigación sobre partículas de la misteriosa materia oscura.

Los investigadores pudieron observar y medir un fenómeno extremadamente raro: la desintegración de Xenon-124, un átomo ultrastable. Es la desintegración nuclear más rara jamás medida y el proceso más lento jamás registrado en el Universo.

Los científicos realizaron su trabajo con el detector Xenon1T, un tanque cilíndrico de aproximadamente un metro de altura, lleno de xenón líquido que pesa 3200 kg. El calor en ella alcanza los 95 grados.

Una observación fascinante que abre nuevas las fronteras del conocimiento.

Por primera vez, los investigadores han observado directamente la desintegración radioactiva de 124Xe. Una observación hecha posible por la obstinación de los físicos para alcanzar un nivel de pureza fuera de lo común. "Una observación fascinante que aleja las fronteras del conocimiento de las características más fundamentales de la materia", dice entusiasmado Curt Breneman, decano de la Escuela de Ciencias del Instituto Politécnico de Rensselaer (EE. UU.).

Durante dos años, los investigadores observaron 126 desintegraciones de Xenon-124. Pudieron calcular la vida media de este átomo para averiguar el tiempo requerido para que la mitad de los núcleos originales de este átomo se desintegren. Sus observaciones se recogen en la revista científica Nature.