El halo de la Vía Láctea, esta tenue capa de gas que rodea nuestra galaxia y que contendría viejas estrellas y materia oscura, se extiende más de 1.9 millones de años luz, o 15 veces más que el disco luminoso donde se encuentran la mayoría de las estrellas.

De un extremo al otro, ¿hasta dónde se extiende nuestra galaxia? 1,9 millones de años luz, estima un estudio realizado por Alis Deason de la Universidad de Durham (Reino Unido). Este valor es sorprendente: de hecho, el diámetro de la Vía Láctea a menudo se anuncia en alrededor de 120.000 años luz, aproximadamente 15 veces más pequeño. Entonces, ¿las estimaciones tradicionales eran erróneas? No, el equipo de la Universidad de Durham calculó el tamaño del halo galáctico por primera vez, ¡mientras que los 120.000 años luz corresponden al diámetro del disco de la Vía Láctea, su parte más brillante!

Disco y halo

Volvamos a la estructura de nuestra galaxia: está formada como todas las galaxias espirales de un disco que se extiende a lo largo de 120.000 años luz, formada en su región central de un cúmulo desde el cual salen los brazos espirales, regiones de formación de estrellas.

El Sol está ubicado en el tercio externo de uno de ellos, el brazo de Orión. Pero alrededor de este disco, formando una especie de capa delgada, está el halo galáctico. El halo contiene estrellas viejas, aquellas que la galaxia pudo recuperar durante las interacciones con otras galaxias.

Pero, sobre todo, el halo es la región donde se debe encontrar la materia oscura, esta materia invisible y actualmente indetectable que no brilla pero que interviene gracias al tirón gravitacional de su masa. Sin embargo, para explicar la velocidad de movimiento de las estrellas en el disco, los astrónomos se ven obligados a asumir la existencia de materia oscura en el halo. Y sabiendo que esta materia oscura desconocida y enigmática representa el 24% del contenido del Universo, debemos explorar los halos de las galaxias, comenzando con el de la Vía Láctea.