Preguntado por el sitio Buzzfeed, el desarrollador Chris Wetherell lamenta la creación del botón de retweet en la red social Twitter. Según él, esta función hizo posible transformar la red social en un generador de eco para la desinformación.

"Como si le hubiéramos dado un arma cargada a un niño de cuatro años". Esta es una imagen utilizada por Chris Sergell, pero dice mucho sobre la mentalidad de este desarrollador en Twitter, quien "inventó" el botón para retocar los mensajes publicados en la red social. En una entrevista dada al sitio de Buzzfeed en EE. UU. El martes 23 de julio, este ejecutivo de Twitter explicó que lamentaba haber configurado esta función.

Dirigió el equipo que trabajó en el botón de retweet, introducido en 2009, que permite compartir mensajes publicados por otros con un solo clic en su propio feed de Twitter. Hasta esa fecha, la operación tenía que hacerse a mano: copiar y pegar el texto escrito por el otro usuario y agregar "RT" al principio.

El famoso botón retweet ha simplificado enormemente esta práctica, hasta el punto de que ahora es una función fundamental de la red social. Pero Chris Wheterell asegura que Twitter está "roto", y que el retweet es la explicación principal para este fracaso.

Desinformación y falta de reflexión

Chris Sergell no es el único en Twitter que ataca esta característica. Jack Dorsey, el jefe de la red social, cree que la práctica de retweet no fomenta la reflexión y asegura que "los retweets con comentarios podrían, por ejemplo, alentar a las personas a tomarse el tiempo para pensar antes de difundir el mensaje. la información".

Chris Sergell señala otro problema: el retweet originalmente tenía la intención de acelerar el intercambio de mensajes importantes, por ejemplo, en el caso de un terremoto, por el bien de la humanidad. Pero el equipo no anticipó que podría cambiar radicalmente la forma en que se usara Twitter, por ejemplo, como parte de una campaña política, en la que permite dar un considerable eco a la información errónea.

Lo descubrió en 2016, durante la campaña presidencial estadounidense que enfrentó a Donald Trump contra Hillary Clinton. La función de retweet, muy simple, permitió compartir un gran número de veces mensajes políticos y transmitir información falsa, contribuyendo así a la atmósfera tóxica de la campaña. Más generalmente, el retweet es apreciado por activistas que ocupan posiciones extremas, que aprecian su poder viral y su capacidad para transmitir mensajes de forma masiva.

¿Debemos matar el retweet?

Al igual que Instagram, que comienza a pensar en la eliminación de la función "Me gusta" debajo de las publicaciones, la red social se pregunta cómo transformar esta función, que se ha convertido en el verdadero barómetro de referencia. El número de retweet es, de hecho, la principal herramienta para medir el éxito de un mensaje publicado en línea, y sin él, los usuarios pueden encontrar la red social mucho menos atractiva.

Además, la eliminación del retweet reduciría drásticamente la cantidad de mensajes compartidos, lo que inevitablemente provocaría una caída en los ingresos por publicidad, el principal recurso de Twitter.

Chris Sergell opina que se debería identificar a los grupos que comparten masivamente mensajes "horribles" y prohibirles acceder a la función de retweet. Pero parece complicado de implementar: ¿cómo juzgar si un mensaje es lo suficientemente "horrible" para prohibir que se comparta? ¿Quién es el juez? ¿Y cómo preservar la libertad de expresión?

Otra posibilidad sugerida por Chris Wetherell: limitar el número de retweets posibles para un mensaje. Pero por ahora, ninguna de estas soluciones parece poder implementarse rápidamente. Y, sin embargo, el tiempo se está acabando: las próximas elecciones en Estados Unidos en poco más de un año.