Muchas son las personas que, por x necesidades, piensan en vender su vivienda para conseguir un dinero con el que poder vivir o tapar otros agujeros, pero muchos no saben que ahora existe una perfecta alternativa para vender su hogar sin necesidad de dejarlo en ese momento, sino consiguiendo el usufructo del mismo. Se trata del contrato de la nuda propiedad, en este post te contamos cómo funciona y todos los detalles que debes tener en cuenta para hacerlo.
¿Qué es la nuda propiedad?
La nuda propiedad hace referencia al derecho que tiene una persona de seguir viviendo en una casa sin tener posesión de la misma. Es un derecho diferente al de usufructo pero parecido en algunos aspectos. Aunque en el caso de la nuda propiedad, el propietario, el comprador, es dueño del bien pero no del usufructo del mismo.
Para saber en qué consiste el usufructo, según el código civil, el usufructo es el derecho de disfrutar de los bienes ajenos con la obligación de conservar su forma y sustancia, a no ser que el título de su constitución o la ley autoricen otra cosa distinta.
Tipos de nuda propiedad
En la nuda propiedad existen dos tipos distintos que son:
1. Nuda propiedad con usufructo vitalicio. Este es el tipo de nuda propiedad más habitual y consiste en que el vendedor pueda utilizar y disfrutar de la vivienda hasta su fallecimiento. Esto quiere decir que el propietario puede vender la vivienda pero tiene derecho a seguir viviendo en ella de por vida.
2. Nuda propiedad con usufructo temporal. En este tipo de contrato de nuda propiedad el usufructo es por un plazo determinado.
La compraventa de nuda propiedad tiene algunas ventajas que vamos a desvelar:
- La nuda propiedad es beneficiosa tanto para el comprador como para el vendedor. Lo más ventajoso es que el vendedor puede seguir residiendo en la vivienda, tal y como hemos contado anteriormente, hasta su muerte.
- Con este tipo de acción se reducen los gastos que se deriven de la utilización de la vivienda y solo se tendrá que hacer cargo, el usufructuario, de los gastos de comunidad y mantenimiento del piso, como el pago de facturas relacionadas con consumo de luz, electricidad, agua, gas...
- Por parte del comprador, éste puede adquirir la vivienda a un precio bastante inferior al que el mercado inmobiliario ofrezca los inmuebles. Además, una vez termine el usufructo, él tendrá la propiedad de la vivienda, que con el tiempo, se habrá revalorizado. Es ideal para personas que compran por inversión y no les importa que la propiedad sea suya, totalmente, en un futuro.
- Las personas que optan por este tipo de contrato, y según la ley hipotecaria, son personas con edades superiores a los 60 años que tienen una necesidad de tener liquidez para poder vivir sin preocupaciones pero manteniendo su casa, por lo que es la opción más ventajosa para ellos.
Una alternativa perfecta, bien regulada y en la que confía cada vez más gente para llevar a cabo una compraventa con todas las garantías para ambas partes.